ANTÍTESIS
Empleo público
Mario Flores Pedraza
El gobierno no puede funcionar sin personal. Ese personal puede estar integrado por asesores en políticas, funcionarios de salud y seguridad, docentes, médicos, policías o científicos, para mencionar tan solo algunas de las profesiones que hay en el sector público.
Su remuneración y sus prestaciones inciden directamente en los costos de producción del sector público y dan una idea aproximada del tamaño del gobierno como parte de la economía.
Además, la proporción de personas que trabajan en el sector público ofrece una indicación de la manera en que se prestan los servicios públicos en un determinado país (provisión directa o subcontratación).
Por ejemplo, en 2018 el porcentaje del empleo público en México se registró en 11,8%
México lleva varias décadas intentando implantar modelos de servicio civil como una estrategia para fortalecer sus instituciones y mejorar el rendimiento de éstas. Este objetivo todavía no se ha logrado y siguen generándose estrategias de profesionalización del empleo público.
¿Cómo el país puede ser productivo con una burocracia ágil y eficiente? La burocracia es una de las anclas institucionales para la efectividad del sistema democrático y la vigencia del Estado de Derecho.
Constituye un conjunto articulado de reglas y pautas de funcionamiento que se insertan en el poder ejecutivo con la finalidad de, por un lado, dar continuidad, coherencia y relevancia a las políticas públicas y, por otro lado, de asegurar un ejercicio neutral, objetivo y no arbitrario de los poderes públicos.
La paradoja de la burocracia es que, siendo uno de los anclajes institucionales básicos del Estado democrático de Derecho, su posición organizativa en el sistema constitucional está subordinada al gobierno.
Dicho de otro modo, la burocracia no es legalmente un poder autónomo y responsable, sino una parte del ejecutivo sujeta a la responsabilidad general del gobierno.
Sin embargo, esta misma burocracia debe atender solo los asuntos institucionales y no políticos del ejecutivo en turno, por lo que cuando algún alcalde, gobernador o presidente de la república busca usar al burócrata con fines políticos, haciendo que vayan a marchas o eventos apoyando a algún partido político, comienza a degenerarse la relación institucional.