EN TÉRMINOS COLOQUIALES
Una presidenta de adorno
Por Alan Morales
Para no dejar lugar a dudas desde el principio, los resultados electorales del 02 de junio son un claro reflejo del incansable trabajo de los diputados, alcaldes y senadores electos de Morena en Tamaulipas.
Todo esto, bajo la atenta mirada del Doctor Américo Villarreal Anaya y, por supuesto, al ritmo del inigualable proyecto de transformación de López Obrador y de continuidad de la Doctora Claudia Sheinbaum.
Sin querer restar méritos al esforzado trabajo de las bases del movimiento (bravo, campeones del territorio), es evidente que Morena necesita un líder real, no solo un “nombre y cargo de adorno” que se asemeje más a un mueble que a un vínculo efectivo con el pueblo, alguien que inspire y no solo aspire.
Dentro de poco, Morena Tamaulipas tendrá que reemplazar a su actual “dirigente”, y esta será una oportunidad dorada para los consejeros del partido: elegir a alguien que realmente aporte en el panorama político que grita por un verdadero vínculo con sus representados.
Pero claro, la pregunta del millón es: ¿quién se atreverá a dar ese paso? Hoy, la maestra que ocupa el cargo se prepara para llegar al Congreso del Estado a través de la cuestionada vía plurinominal. Sí, esa misma donde parece que no hay que hacer mucho para ocupar un puesto público.
Y aquí me pregunto: ¿realmente se atreverá a abordar las problemáticas que tanto afectan a su sector educativo o simplemente vendrá a levantar la mano con la misma dedicación que mostró en su paso por Morena?
No tengo dudas de que lo segundo es lo más probable, dado su impresionante historial de inacción, en fin… Apuesto a que la mayoría no tiene idea de a quién me refiero, y ese es precisamente el punto.