EN VISTO
El fuero no les alcanzará
Por Dora de la Cruz
La lucha contra la corrupción no es solo un acto de justicia, sino también acciones que generan confianza en el gobierno. Cada vez que se esclarece un caso de robo y se castiga a los responsables, se envía un mensaje claro: basta de servidores públicos que solo buscan llenar sus bolsillos para ellos, sus familias y sus cuates.
Sin duda, la detención de Rómulo Garza, exsecretario de Bienestar durante el gobierno de Cabeza de Vaca, uno de los sexenios más denunciados por el saqueo al erario estatal, con 86 demandas penales por actos de corrupción, es el inicio de una cadena que promete más detenciones. Entre los implicados se encuentra el propio exgobernador del Partido Acción Nacional, Francisco García Cabeza de Vaca, y sus entonces colaboradores, incluidos algunos diputados actuales, como César Verástegui, diputado federal, e Ismael García Cabeza de Vaca y Gerardo Peña, legisladores locales.
Todos ellos aparecen en las demandas presentadas en tiempo y forma por el actual gobierno y no podrán evadir la justicia.
Pasaron dos años para que cayera un exfuncionario del gabinete cabecista. La ciudadanía esperaba ver pronto tras las rejas a los exfuncionarios denunciados, pero la justicia tiene su proceso. Además, la tardanza en estos casos específicos tiene que ver con los amparos y toda esa estructura de complicidad que dejó el gobierno cabecista precisamente para garantizar su impunidad. Sin embargo, hoy el panorama político es otro, y el dinero no les alcanzará para blindarse de la justicia.
Esta lucha contra la corrupción no es solo un compromiso de campaña; es un esfuerzo por recuperar la confianza ciudadana en las instituciones. Este esfuerzo, encabezado por el gobierno de Américo Villarreal Anaya, es sin duda el detonante de muchas acciones de justicia largamente esperadas por la ciudadanía tamaulipeca. En un estado que durante años ha sido marcado por escándalos de corrupción, esta es una oportunidad histórica para demostrar que nadie está por encima de la ley.
La ciudadanía está cansada de gobiernos que hablan de transparencia mientras protegen la corrupción. Américo Villarreal está marcando un parteaguas en la historia de Tamaulipas y será recordado como el líder político que metió a la cárcel a quienes saquearon y dejaron en bancarrota al estado.
Las y los tamaulipecos piden resultados concretos, investigaciones profundas, sanciones ejemplares y, en los casos correspondientes, la recuperación de los recursos robados. Si bien las acciones judiciales por sí no devolverán automáticamente la confianza quebrantada, son el paso indispensable que no se había para restaurar el tejido social y político de la entidad.
Para este gobierno ha sido todo un desafío enfrentar las estructuras del pasado gobierno panista, que tienen raíces profundas y aliados estratégicos. Sin embargo, el anhelo de justicia es más fuerte que nunca.
Cada acción que se toma en este sentido es un paso hacia un estado más justo, donde el bien común prevalezca sobre los intereses particulares y donde el gobierno esté verdaderamente al servicio de la ciudadanía.
A todas y todos los que se preguntaban: “¿Hasta cuándo se detendrá a los exfuncionarios cabecistas?” Ya tienen la respuesta.