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La paridad establece lo inminente, toca mujer

Por Dora de la Cruz

Cuando las mujeres iniciaron la lucha por el derecho al voto, se dijeron una serie de barbaridades, vinculadas a la cultura misógina, como que las mujeres querían dejar el hogar, hasta que buscaban alterar el orden social y que “eran demasiado emocionales”, para votar; esta resistencia no logró detener a las feministas mexicanas que lograron la reforma, que reconoció el voto femenino a nivel nacional en 1953.

Han pasado 72 años desde que las mexicanas conquistaron el derecho al voto y la lucha continúa, porque siguen enfrentando las mismas cargas: el trabajo de la casa, los cuidados familiares, la doble y triple jornada, que muchos siguen creyendo que es “el lugar natural para las mujeres ”. Ese peso injusto se mantiene como el principal obstáculo para que las mujeres ejerzan sus derechos en igualdad, porque en la realidad, el piso no es parejo y lo femenino aún se topa con estructuras que no terminan de reconocerle como ciudadana plena.
Pero además, este comportamiento machista se traslada a los espacios públicos; la violencia machista ha mutado y como se avanza en los derechos femeninos, cambia de forma, se adapta y busca nuevos modos de frenar lo que se ha conquistado.
El techo de cristal del que hablan las feministas, tiene que ver con las cúpulas del poder, que ponen una barrera invisible, para decir “alto, hasta aquí puedes llegar, porque son espacios para hombres”; algunas mujeres logran romperlos, pero la mayoría, el colectivo, sigue enfrentando estas trampas de género, que tienen como resultado, las brechas de desigualdad; que mujeres no estén presentes en direcciones de corporaciones policiales, fiscalías, jefaturas de investigación , liderazgos sindicales, secretarías estratégicas, rectorías, consejos empresariales, dirigencias de partidos, puestos ejecutivos de gran poder, gubernaturas.

En las últimas 11 elecciones municipales en Tamaulipas, han sido electas 79 mujeres a las Presidencias municipales y en el 2001, no hubo ninguna mujer en las presidencias municipal de las 43; todos hombres y en este mismo periodo de elecciones a las alcaldías, 397 hombres encabezaron ayuntamientos, cifras que muestran que el poder local, sigue teniendo rostro masculino; claro que luego de la reforma electoral del 2014, en la última elección para este cargo, es decir el 2024, llegaron 24 alcaldesas.

Sin embargo en el caso de la gubernatura, históricamente Tamaulipas ha permanecido cerrado para las mujeres; muchas políticas aspiraron al cargo, pero se toparon con el techo de cristal. Laura Alicia Galindo, una figura política del Partido Revolucionario Institucional, tenía todo el control político, pero nunca la dejaron llegar y a partir de 1995, cuando nace el Instituto electoral del estado, al menos se tiene registro de tres candidatas: Juana García Palomares en 1992, postulada por el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional,
Así como Elizabeth Calderón Contreras y Nelly López Vera del Partido del Trabajo y Verde Ecologista, respectivamente, en la elección de 1998.

Sin embargo, para 2027 los partidos ya no podrán evadir la regla de paridad que los obliga a postular candidatas. Después de una historia exclusivamente masculina en la gubernatura, la paridad establece lo inminente: toca mujer.

 

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