Tamaulipas tiene en Américo Villarreal Anaya, el primer Gobernador emanado de la izquierda, donde regresa la era de Américo
Ciudad Victoria, Tam.- Acompañado de su esposa, la señora María de la Luz, conocida como la Doctora Vitamina, así arribó al Congreso de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, para rendir protesta como Gobernador Constitucional de Tamaulipas.
Antes, ya habían llegado sus hijos Américo, Humberto y María.
La Comisión integrada por los diputados Félix García Aguiar, Edgar Melhem, Gustavo Cárdenas y Úrsula Salazar Mojica, así como el Presidente del Supremo Tribunal de Justicia, David Cerda, les recibieron en las escalinatas del Congreso y les acompañaron hasta el Pleno.
Desde las 8 de la mañana el Palacio Legislativo lució abarrotado, pese a ser una Sesión Solemne, el ambiente de fiesta se hacía presente entre los invitados. Américo es el primer Gobernador emanado de la izquierda en Tamaulipas.
El sí protesto más esperado
Era el preámbulo del “sí protesto” más esperado, tras un sexenio que se negaba a irse y que, en los hechos, no se ha ido del todo.
Como invitados de honor, el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, Gobernadores vecinos de Nuevo León, Veracruz y una decena de gobernadores de otras entidades, integrantes del Gabinete, Diputados Federales y Senadores.
A las 10 de la mañana en punto, Américo Villarreal Anaya, rindió protesta como Gobernador Constitucional de Tamaulipas. Su mirada, reflejaba alegría y nostalgia, seguramente recordando aquel 5 de febrero de 1987 cuando su padre, el ingeniero Américo Villarreal Guerra, rindió protesta como Gobernador.
De ahí, se trasladó a la Torre Bicentenario para tomar protesta a los secretarios de Seguridad Pública y de la General de Gobierno.
Lo que siguió, fue pura fiesta.
A solo unos metros, en el Teatro del Pueblo del recinto ferial que se construyó en el gobierno de Eugenio Hernández Flores, donde laboró Américo Villarreal como Subsecretario de Calidad de Atención Médica Hospitalaria, la fiesta se celebraba en grande.
Frente su pueblo, un pueblo que mostró valentía y salió a las urnas para emitir 730 mil votos en su favor, que lo convierten en el gobernador más votado en la historia de Tamaulipas, volvió a rendir protesta.
Entre los asistentes, hubo quienes viajaron más de 500 kilómetros desde Nuevo Laredo, otros desde los municipios más apartados enclavados en la sierra como San Nicolás, del sur de la entidad como Tampico y Madero y del altiplano tamaulipeco.
La plana mayor de Morena también estaba presente, en figuras como Citlali Hernández. Y tres de las “corcholatas” rumbo al 2024, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán López.
No era una mañana como cualquier otra. Era el final largamente esperado de la más brutal contienda electoral que haya conocido Tamaulipas en los 80 años de la historia moderna. La era Américo Villarreal resurge.
El ruido de los vivas y aplausos de los asistentes, se entrelazaba con el agradable clima de 30 grados en una zona generalmente caliente que supera los 40 grados centígrados.
Y con la enorme sonrisa del nuevo gobernador de Tamaulipas, se enmarcó la frase “Claro que se puede”.