EN PRIMERA FILA

La tragedia como propaganda: la vieja política en Reynosa
Por Daniel Vega
Las lluvias en Reynosa han dejado un saldo devastador: familias damnificadas, calles anegadas y un llamado urgente a la solidaridad. En este escenario de emergencia, la respuesta de algunos funcionarios ha estado marcada por un lamentable oportunismo: entrega de apoyos con logotipos personales, brigadas posando para la foto y vehículos oficiales convertidos en espectaculares ambulantes de propaganda.
Sin embargo, no todos los actores políticos han seguido esta línea. La diputada Magaly Deandar, a través de sus redes sociales, marcó distancia de estas prácticas, asegurando que la ayuda que ha brindado proviene de sus propios recursos y que no la usará como moneda de cambio político. Su mensaje, más allá de ser una postura personal, evidencia el contraste entre quienes entienden la responsabilidad pública como un compromiso real y quienes la ven como un trampolín electoral.
Es importante recordar que los congresos estatales, incluyendo el de Tamaulipas, tienen una función crucial en la gestión de emergencias: legislar para garantizar presupuestos adecuados, fiscalizar el uso de los recursos y promover políticas públicas que prevengan desastres. Más que aparecer en operativos de entrega de despensas con su imagen impresa, los legisladores deben enfocarse en asegurar que los fondos lleguen a quienes más los necesitan, sin sesgos ni protagonismos.
El oportunismo político en tiempos de crisis es una práctica que debe erradicarse. La verdadera responsabilidad de los funcionarios no es adornar la ayuda con su nombre, sino garantizar que el Estado funcione de manera eficiente y transparente. Reynosa no necesita propaganda disfrazada de solidaridad, sino políticas públicas que prevengan tragedias futuras y una clase política que entienda su papel más allá de la próxima elección.