EN TERMINOS COLOQUIALES
Eugenio “Geño” Hernández Flores: Un regreso histórico
Por Alan Morales
Eugenio “Geño” Hernández Flores no es un simple candidato al Senado, sino un exgobernador que ha roto los paradigmas de todo político durante este proceso electoral.
“Geño” ha recorrido los 43 municipios de Tamaulipas, solicitando el voto directamente de los ciudadanos. En su trayecto, se ha encontrado con numerosos testimonios de personas que, durante su mandato, recibieron siempre la mano amiga e incondicional del “güero de oro”.
Los maestros, médicos, campesinos, ganaderos, la clase obrera, deportistas y la sociedad civil en general han reiterado su compromiso con quién consideran el mejor Gobernador de Tamaulipas.
Hernández Flores es percibido como un político que cumple sus promesas, que sale a campaña a cosechar lo sembrado, y que no escatima esfuerzos para ayudar.
La ciudadanía está consciente de la gran injusticia que vivió “Geño” durante casi seis años en prisión, debido a una serie de delitos fabricados en su contra por el gobierno cabecista.
Este no solo atentó contra Hernández Flores, sino que dañó con sus persecuciones a toda la sociedad tamaulipeca.
Hoy, Eugenio Hernández Flores está de regreso, dando la cara y retomando su carrera política de la mano de miles de ciudadanos.
Jóvenes que escucharon de sus padres o abuelos sobre las buenas acciones de “Geño” se han unido en apoyo, considerándolo el aval más importante para que este 2 de junio le den su voto de confianza.
El candidato al Senado no busca venganza, sino justicia para todos los ciudadanos que, al igual que él y su familia, sufrieron los atropellos del gobierno represor.
“Geño” conserva el voto duro de Tamaulipas y muestra una naturalidad innata para lograr la unidad entre todas las clases políticas y sectores del Estado, algo que quedó de manifiesto durante toda su campaña.
Las bases, sectores y organizaciones de toda esta entidad fronteriza se declaran listas.
Eugenio Hernández Flores está preparado para iniciar su nueva encomienda desde el Senado, y nada lo puede detener.
