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EN TÉRMINOS COLOQUIALES

Banderas que advierten, pero pocos entienden

Por Alan Morales

En las playas de Tamaulipas no falta personal, tampoco faltan patrullas, ni ambulancias, ni salvavidas, eso afirma el Coordinador Estatal de Protección Civil, Luis Gerardo González.

Lo que sí falta, y mucho dijo, es que la gente se informe y entienda lo básico para meterse al mar sin jugarse la vida.

En los últimos días, dos personas murieron ahogadas en Playa Bagdad, en Matamoros. Tragedias que no deberían repetirse, pero que cada año se vuelven parte del saldo vacacional que de hecho, todavía ni comienza.

El problema, dicen desde Protección Civil del Estado, no es la operación ni los recursos: el problema es que la gente no conoce las reglas más elementales para estar en la playa… o las conoce, pero no las toma en serio.

El funcionario me lo explicó con claridad la mañana de este lunes: hay capacitación, hay coordinación entre municipios, entre Protección Civil, la Marina y grupos voluntarios. Incluso se han preparado más salvavidas recientemente.

Pero aún con todo ese esfuerzo, si la gente decide meterse al mar después de haber tomado alcohol, sin saber nadar o cuando la playa está cerrada, poco puede hacerse.

Y sí, las playas tienen un sistema de banderas que indican si es seguro nadar o no, pero resulta que muchos ni saben qué significan. Verde es playa abierta, roja significa precaución, negra es cierre total, y la azul avisa sobre presencia de animales como aguamalas.

Suena fácil, pero no lo es cuando a más de uno le entra por un oído y le sale por el otro.

Las banderas están ahí, visibles. En algunas playas incluso hay señalamientos explicativos.

Pero el desconocimiento —porque no es ignorancia, es falta de información— sigue siendo el enemigo principal. Hay quienes, aún con bandera negra ondeando, se meten al agua como si nada. Y lo hacen con niños, con cervezas encima, sin saber nadar… ¿y luego? Luego vienen las desgracias.

Estamos a días de que arranque la Semana Santa, uno de los periodos más movidos del año para las playas tamaulipecas. Se espera calor, buen clima y mucha gente. Y aunque las autoridades tienen todo listo para recibir a los vacacionistas, es imposible ponerle un salvavidas personal a cada vacacionista.

Cuidarse es tarea de todos. Nadie dice que no se disfrute del mar, pero hay que hacerlo con sentido común. Porque el mar, aunque hermoso, no perdona descuidos ni decisiones irresponsables.

Las playas no son parques acuáticos, y lo que comienza como un chapuzón puede terminar en tragedia si no se toman precauciones.

Así que esta Semana Santa, antes de correr al agua, más vale mirar la bandera, pensar dos veces y no subestimar al mar. Porque no se trata de no saber nadar… se trata de no saber cuidarse. Y eso, por desgracia, puede costar la vida.

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