EN TÉRMINOS COLOQUIALES
Entre la esperanza y la reflexión
Por Alan Morales
En una tierra marcada por la sequía, la llegada de fuertes lluvias ha sido más que un alivio; ha sido un verdadero regalo caído del cielo.
En la capital de Tamaulipas, una generación que ha aprendido a vivir con agua solo unos días a la semana, está presenciando un evento meteorológico que sus ojos nunca habían visto.
El río San Marcos, que yacía casi seco, ha vuelto a la vida. Sus aguas, impulsadas por las intensas lluvias, han sorprendido a todos, llenando no solo su cauce sino también los corazones de quienes lo contemplan.
Residentes de la ciudad salieron a las calles para captar en fotos el renacer del San Marcos y guardar un fragmento de esperanza en sus memorias.
Los reportes de comunicadores ciudadanos a lo largo del Estado han inundado las redes sociales, mostrando ríos y lagunas que antes estaban vacías.
Las imágenes y videos son testigos de un fenómeno natural que ha traído alivio a una tierra sedienta.
A las 11:00 PM del 20 de junio, afortunadamente, el balance de daños es mínimo. La naturaleza, aunque desbordada, no ha cobrado un precio mayor hasta el momento.
Mientras las lluvias continúan su curso, las fuerzas de protección civil, la Sedena, la Marina, la Guardia Nacional y otros cuerpos de auxilio trabajan incansablemente para asegurar que esta bendición no se transforme en calamidad.
Sin embargo, más allá de la celebración momentánea, estas lluvias nos obligan a reflexionar sobre nuestra relación con el agua, ¿Podremos salir de esta crisis hídrica con una conciencia renovada sobre la importancia del agua? ¿Hemos realmente aprendido la lección de estos tiempos difíciles, o simplemente volveremos a nuestra indiferencia cuando las lluvias cesen?
El agua, esencial para la vida, se ha convertido en un lujo para muchos, ahora, con los ríos llenos y los embalses recuperando su esplendor, tenemos la oportunidad de cambiar, de aprender a valorar y conservar lo que la naturaleza nos ha dado tan generosamente.
Y claro, sobre todo concientes de que también puede quitarnos si seguimos abusando de sus recursos.