EN VISTO

El sello de Américo
Por Dora de la Cruz
La obra pública siempre es una marca que se deja al pueblo. En el caso de Tamaulipas, durante los dos últimos sexenios, no hay símbolo de infraestructura que recuerden los tamaulipecos y tamaulipecas. Esto significa que no dejaron huella: durante sus administraciones no se realizaron construcciones o inversiones significativas y duraderas en infraestructura que beneficiaran a la población. Es decir, no dejaron un legado tangible de su periodo gubernamental.
Y la falta de obra en un gobierno seguramente tiene que ver con un tema de corrupción, donde el presupuesto no alcanzó para invertir en obra pública, porque el dinero se desvió a otros fines y no se usó de manera transparente. Es decir, pasaron sin pena ni gloria; así ocurrió con los gobiernos de Egidio Torre Cantú, del Partido Revolucionario Institucional, y del panista Francisco García Cabeza de Vaca. Los números ahí están: ¿alguien recuerda alguna obra de estos dos últimos exgobernadores?
En su tercer año de gobierno, Américo Villarreal Anaya ha centrado su administración en proyectos de infraestructura hidráulica y vial, como la segunda línea del acueducto en Victoria y una obra emblemática: la autopista Mante-Ocampo-Tula, que reporta un avance del 81 por ciento. Además, representa un detonante económico por su impacto en la transportación terrestre, tanto de importaciones y exportaciones como de mercancía destinada al consumo regional.
Esta vía conectará el sur de Tamaulipas con el corredor industrial del Bajío. La construcción está a cargo del Grupo HYCSA. Precisamente, directivos de la empresa se reunieron con el gobernador Américo Villarreal Anaya para presentarle los avances del proyecto, que contempla una carretera de 107 kilómetros, con dos carriles por sentido y acotamientos, 22 puentes, 10 pasos vehiculares inferiores, 4 pasos superiores, dos entronques, un paso de fauna y una zona de casetas. Uno de los puentes tiene una longitud de 1.8 kilómetros.
En las primeras imágenes de la obra, la carretera del túnel sobresale por su diseño y dimensiones.
Otros dos proyectos son el viaducto elevado de Tampico, con una longitud de 4.6 kilómetros y una inversión superior a los 1,600 millones de pesos, y el libramiento sur de El Mante.
La obra pública es parte de los temas prioritarios para la actual administración estatal, y en los municipios se nota la participación del estado en las inversiones que ya están en marcha. Además, se están generando empleos en el ramo de la industria de la construcción.
Américo Villarreal Anaya ha enfocado su administración en el desarrollo de infraestructura, como una vía para fortalecer la economía y mejorar los servicios en Tamaulipas. A diferencia de otros gobiernos, su gestión ha destinado recursos públicos a la obra, con un enfoque de desarrollo económico. Carreteras, obras hidráulicas y proyectos estratégicos, con fondos propios y federales, están orientados a resolver necesidades concretas de la población.
La inversión en infraestructura también ha ido acompañada de orden y transparencia. Hasta el momento, las auditorías practicadas no han emitido observaciones sobre el ejercicio de los recursos públicos, lo que da cuenta de un manejo administrativo sin señalamientos. Las cifras respaldan una gestión que prioriza tanto la obra como la rendición de cuentas.