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Mario ‘N’ ¿Se entregará o se convertirá en prófugo de la justicia?

Por Dora de la Cruz

El tráfico de influencias en la Secretaría de Educación durante el sexenio de Cabeza de Vaca, fue público; se hicieron presuntos negocios familiares, incluso se dijo que el que despachaba y tomaba decisiones, en esa dependencia fue el ahora diputado local y hermano del ex gobernador, Ismael García; incluso entre el gremio de la educación decían, “si quieres una plaza, ve con el hermano del gobernador”; esa era la recomendación, en aquel entonces.

A casi tres años de que concluyó el gobierno del Partido Acción Nacional, se destapó la cloaca de la corrupción; por fin las investigaciones por actos de desvío de recursos públicos, concluyeron con un fallo en contra de Mario “N”, el ex secretario de educación, durante el sexenio cabecista, quien por cierto, fue citado para el próximo 26 de agosto, en la Sala “H”, del Centro Integral de Justicia en el Estado de Tamaulipas, para responder a la denuncia penal en su contra, por encontrarlo penalmente responsable de los delitos de ejercicio ilícito del servicio público y peculado; es evidente que no acudirá a la audiencia programada, para evadir la justicia.

La acusación contra Mario ‘N’ se centra en el desvío de recursos provenientes de los depósitos y transferencias realizadas por la aseguradora Metlife a diversas cuentas de la Secretaría de Educación en el Banco Santander, por un monto de 8,285,878.87 pesos, dinero que debió haber sido canalizado a la Secretaría de Finanzas y utilizado únicamente para el pago de seguros individuales voluntarios de los trabajadores; por este delito, el ex funcionario, podría alcanzar hasta 20 años de prisión; este es solo el hilo, de la serie de desvío que se realizaron en esta dependencia gubernamental.

El tema de los seguros y contrataciones masivas en las dependencias, muchas veces se usaron para negocios de grupos en el poder, que entregaban diezmos a los funcionarios por ser contratados y que hacían de esta prestación de los trabajadores, un negocio redondo y ahí está la muestra del ex secretario de educación Mario “N”.

Su caso, como funcionario y hombre cercano al círculo familiar de Francisco García Cabeza de Vaca, representa con toda claridad lo que fue el sexenio de corrupción panista. Su nombre aparece como uno más dentro de esos llamados “vientos de cambio” que, en lugar de transformar, arrasaron con voracidad las finanzas tamaulipecas.

Del hartazgo a la corrupción, el gobierno cabecista, no representó un cambio positivo en las aspiraciones ciudadanas; se convirtió en sinónimo de negocios privados disfrazados de políticas públicas, de contratos amañados y de funcionarios que utilizaron el poder como una caja registradora personal. Mario “N” es solo un ejemplo de cómo operaba esa red: convenios firmados sin facultades legales, recursos desviados y finalmente, dinero público terminando en cuentas que jamás debieron recibirlo.

El expediente contra Mario “N” deja claro que durante ese sexenio la educación no fue prioridad, sino un botín más al servicio de la élite panista. Mientras miles de docentes padecían retrasos y carencias en sus condiciones laborales, millones de pesos se desviaban en operaciones irregulares que solo beneficiaron a unos cuantos.

La impunidad no puede ser opción para ningún gobierno. Quienes desde el poder saquearon los recursos públicos destinados al pueblo, deben ser castigados y obligados a devolver lo robado. Esa es la exigencia ciudadana.

 

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