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La nueva realidad política

Dora de la Cruz

Esta semana estuvo marcada por eventos relevantes para el pueblo de Tamaulipas, que deben documentarse para la historia, pero además, en la que cambiaron formas, esquemas, que aún algunos añoran; es una nueva realidad política, donde se acabaron las señales y lo que quedó claro, es que el pueblo de Tamaulipas es hoy por hoy el protagonista de estos cambios; es decir, el protagonismo político de corte electoral quedó atrás; lo que se puso al centro fue la ciudadanía.

El gobernador Américo Villarreal Anaya, rompió con el formato tradicional de informes, sin despilfarros de recursos públicos y atrás también quedaron las pasarelas, que antes se veían en estas ceremonias; el evento, fue meramente dirigido a la ciudadanía, más allá de los formatos politiqueros tradicionales; optó por un conversatorio, un mensaje de continuidad con el proyecto de la 4T, para rendir cuentas del avance en obra pública histórica, con una inversión de 17 mil millones de pesos; programas sociales, inversión privada y proyectos hidráulicos, de las grandes obras hospitalarias y de la asistencia social; a mitad del camino, el balance de tres años de gobierno, de mil 95 días de trabajo, están los resultados, con un gobernante siempre acompañado por su gabinete y el equipo profesional que lo respalda.

El mensaje del gobernador Américo Villarreal Anaya, fue para el pueblo tamaulipeco; los compromisos se están cumpliendo, lo dijo, sin dejar espacio para ninguna otra señal, que no sea el proyecto llamado Tamaulipas. No hubo espacio para terceras lecturas, ni aplausos para ensalzar particulares; tampoco interpretaciones políticas distintas, lo repitió: todo gira en torno a un mismo eje, el proyecto llamado Tamaulipas, por êl liderado.

Un día antes, se vivió una sesión legislativa atípica por su magnitud. El recinto del polyforum de la capital del estado, estuvo para atestiguar la toma de protesta de 140 juezas, jueces, magistradas y magistrados, que llegan al Supremo Tribunal de Justicia con el respaldo directo de la ciudadanía. Algunos también quisieron verlo como un acto político, por la asistencia masiva, pero la dimensión del evento no podía ser distinta, así como en la elección, cuando la gente salió a votar para decidir quiénes integrarían al nuevo Poder Judicial. No debe escandalizar a nadie que la ciudadanía hoy tenga acceso a los espacios que antes eran solo para una clase política distante, definida por la sociedad de castas.

Algunos quisieron ver el evento de la toma de protesta de las y los juzgadores, como un destape, y en realidad sí hubo un destape, pero de cada rostro, de jueces y magistradas, de la justicia, de aquellos que antes permanecían en el anonimato para la ciudadanía; esta vez fueron presentados de frente al pueblo.

Lo que ocurrió esta semana en Tamaulipas, tiene un peso simbólico y político muy fuerte, porque no son hechos aislados, se juntaron dos momentos que hablan de un cambio de época en la relación entre gobierno, justicia y ciudadanía, pero también de cerrar filas en torno a un proyecto llamado Tamaulipas, en la que el gobernador con su liderazgo ha logrado consolidar un gran equipo en su gabinete.

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