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Un discurso lleno de simbolismo

Por Dora de la Cruz

El discurso de la presidenta Claudia Sheinbaum estuvo cargado de simbolismo y mensajes claros para la clase política del país, pero también para la externa, que podrían resumirse en dos frases contundentes. Primero, “la traición al pueblo enfrentará la justicia” y en seguida, “blindar el movimiento de la Cuarta Transformación contra quienes se empeñan en dividir a Morena”.

Quien traicione al pueblo enfrentará la justicia, definió la presidenta desde la explanada del Zócalo, ante un lleno total, que congregó a la clase política, legisladoras y alcaldesas, gobernadores y gobernadoras, ciudadanía en general y hasta figuras de la oposición, celebrando el primer año de su gobierno.

No fue una advertencia, fue una declaración de justicia. Un mensaje directo que apunta a la responsabilidad de quienes traicionen al pueblo de México.

Detrás de sus palabras hubo señales claras hacia quienes, dentro de Morena, aún confunden el poder con privilegios y repiten las viejas prácticas que marcaron el ocaso del Partido Revolucionario Institucional y la caída de credibilidad del Partido Acción Nacional.

Algunos ya consideran que el mensaje tiene nombre y apellido, y que va para Adán Augusto López Hernández, el senador morenista involucrado en una serie de escándalos y cuentas millonarias que lo mantienen pendiendo de un hilo en el Senado. Podría convertirse en el primer caso de separación del cargo, si se abre una investigación y se comprueba algún acto de corrupción.

Pero este mensaje también tiene destinatarios más amplios: va para toda la clase política de Morena, para que lo piensen dos veces antes de llenar sus cuentas bancarias a costa de los cargos públicos que hoy ostentan.

Otro mensaje que también habría que interpretar fue el que se refirió a quienes se han empeñado en dividir a la Cuarta Transformación: “eso no va a ocurrir”, sentenció. Fue un llamado a dejar las grillas y divisiones internas, pero también una advertencia para la oposición, que aún cree que con ataques infundados logrará fracturar el movimiento.

Morena quiere terminar con la vieja máxima de “divide y vencerás”, para sustituirla por una nueva: “divide y perderás”. Porque, como lo expresó la presidenta, la división ya no será motivo de discordia; no habrá espacio para quienes la promuevan ni tolerancia para los intereses personales disfrazados de debate político.

Sheinbaum lanzó un llamado claro: trabajar por un proyecto llamado pueblo de México. Una declaración que marca dirección, orden y prioridad para los gobiernos de la 4T. El discurso debe volverse práctica, ha repetido, y por eso insiste en el compromiso que deben asumir las y los funcionarios de su partido, de defender los intereses de la población que en otros gobiernos fue marginada y excluida.

En ese contexto, el gobernador Américo Villarreal Anaya forma parte del bloque de gobiernos que están respondiendo con rendición de cuentas y programas sociales, que colocan en centro de las acciones públicas, al pueblo tamaulipeco. Esa cercanía y congruencia con el proyecto nacional han tenido eco en la presidenta Claudia Sheinbaum, quien le ha dado todo el respaldo a Tamaulipas, para las grandes obras que se realizan y las que están por venir, como ya lo anunció el propio mandatario estatal.

 

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