EN VISTO

La disputa por candidaturas que no existen
Por Dora de la Cruz
Esta semana se ha desatado una serie de “análisis”, predicciones y destapes de pre candidaturas, anticipados, pero además, vinculando también esta burbuja política, a una supuesta división interna del partido en el poder, haciendo un serie de especulaciones, basadas en la ambición desmedida de quienes se adelantan a los tiempos electorales; mientras, quienes deben tomar nota, lo están haciendo, para definir el tamaño de la lealtad al movimiento de la cuarta transformación; lo que traen en la bolsa aquellos, son proyectos personales en los que el pueblo, obviamente no aparece.
La primera pregunta sería ¿Cuáles candidaturas?, ¿de qué hablan?, qué se andan disputando con tanta anticipación, si todavía falta mucho tiempo para las próximas elecciones, de las cuáles ninguna está amarrada; tan es así, que a quienes andan moviendo solas y solos, gastando energías y diciendo discursos al aire, la ambición les ganó; se autonominaron y ellos y ellas, solos, se han repartido cargos que aún no existen, porque el escenario político, es cambiante; lo que hoy parecería sólido, mañana puede desmoronarse.
Y seguramente no será el mismo contexto político de hoy, en los tiempos de las decisiones internas de Morena. Todavía faltan dos años para el proceso electoral. En ese tiempo pueden modificarse las reglas políticas, redefinirse los acuerdos y cambiar las posiciones de quienes hoy se sienten seguros.
Las selfies y el marketing personal, con que atiborran las redes sociales algunas figuras políticas que se están moviendo, no significa que estén en el camino correcto; es más, están construyendo su propia derrota, para ser tomados en cuenta en las contiendas internas para la elección de candidaturas de Morena, pero además están evidenciando proyectos personales, al margen de los tiempos electorales y fuera del marco legal. Ahí está el caso de la alcaldesa
de Nuevo Laredo, Carmen Lilia, que activó las estructuras canturrosistas, con recursos municipales en plena precampaña, creyendo que será la próxima candidata a gobernadora; otro caso similar, es Olga Sosa, quien busca alianzas hasta con panistas y abre oficinas en la frontera, mientras Beto Granados, el Alcalde de Matamoros, explora opciones, motivado más por el poder y la reelección, que por principios; anda queriendo renegar de Morena. En todos los casos, las trampas electorales parecen ser la guía que los mueve.
Con estas precampañas anticipadas, intentan mostrar a Morena como un partido dividido, pero lo que realmente está detrás son proyectos personales: la “fragmentación” es más aparente que real; lo que se ve es la carrera individual de quienes quieren asegurar su espacio, pero además no tienen el peso suficiente para poner en riesgo la estabilidad de un partido como Morena
Lo que sí muestran es una disputa sin razón, entre quienes se pelean por una candidatura que ni siquiera existe todavía. Ni siquiera hay definiciones, ni de género, ni de perfiles, respecto a las próximas candidaturas.
Por eso resulta lastimoso, y hasta vergonzoso, verlos en plena promoción anticipada, faltando respeto al liderazgo del primer gobernador que logró sacar del poder a los prianistas en Tamaulipas: Américo Villarreal Anaya.
En Morena se ha dicho con claridad: no hay espacio para quienes traicionan al pueblo. Y quienes hoy andan en campaña antes de los tiempos oficiales, lo hacen precisamente desde esa falta de lealtad. Porque mientras andan en la foto, en los eventos y en la búsqueda de reflectores, dejan de hacer su trabajo, el mismo por el que fueron electos.
Morena en Tamaulipas no tiene candidaturas definidas ni está dividido; lo que hay son casos de voracidad política y proyectos personales que buscan adelantarse sin considerar al pueblo, ni a los tiempos legales.