POR LA LIBRE

Salario que Sube, País que Cae
Por Edelmira Cerecedo Garcìa
El aumento decretado del salario mínimo en México puede parecer un triunfo social, pero sin productividad real y crecimiento económico podría profundizar la crisis, con inflación, pérdida del poder adquisitivo y debilitamiento del sector productivo.
El incremento reciente del salario mínimo ha sido anunciado como un avance histórico para el bienestar de los trabajadores. Sin embargo, elevar sueldos por decreto, sin respaldo en productividad, inversión y competitividad, suele generar efectos adversos más pronto que tarde.
Cuando las empresas sobre todo pequeñas y medianas operan con márgenes ajustados, subidas salariales obligatorias representan un costo que muchas no pueden asumir. El desenlace clásico: aumento de precios, recortes de personal o incluso el cierre definitivo de negocios.
El discurso oficial suele destacar que los hogares tendrán más ingresos. Pero la economía no responde a discursos: responde a mercado, oferta, demanda y costo real de vida.
Si los precios aumentan más rápido que los salarios, el poder adquisitivo se deteriora.
Si los costos de producción suben, los bienes y servicios se encarecen.
El resultado: el dinero “rinde menos”, y las condiciones de vida empeoran.Ese aumento nominal se convierte en una ilusión económica. Los hogares y muy especialmente quienes apenas sobreviven con ingresos mínimos terminan con menos capacidad para ahorrar, invertir o cubrir necesidades básicas.
Empresas débiles, dependencia creciente; Cuando las políticas laborales van por decreto, sin promover productividad, formalización o inversión, las consecuencias son estructurales:
Menos empresas formales, menos empleo digno y mayor informalidad, con sueldos bajos e inestabilidad.
Dependencia creciente de programas de subsidios y apoyos estatales.
El riesgo no es solo económico: es político. Una economía controlada, con ciudadanos dependientes, tiende a debilitar los contrapesos privados, limitar la competencia y concentrar poder.
Entonces ¿Qué necesita México de verdad? Las soluciones reales no nacen de una firma o un decreto. México demanda una estrategia seria y sostenible para retomar la senda del desarrollo:
Impulsar inversión pública y privada, generando empleos formales,promover políticas de productividad, innovación y competitividad, fortalecer la formalidad laboral y la capacitación de la fuerza de trabajo.
Apoyar al sector productivo, especialmente pequeñas y medianas empresas,solo así se puede construir un bienestar auténtico uno que no se pierda en la primera curva de inflación ni se diluya cuando la economía deja de crecer.
Ojo no dejemos que la ilusión opaque la realidad….
Un salario que sube mientras la economía se debilita no significa progreso: es el preludio de una caída. El éxito de una nación no se mide por decretos de salario, sino por su capacidad de generar riqueza, empleo digno y oportunidades reales.
México merece y necesita más que promesas; merece un futuro construido sobre bases firmes, no sobre ilusiones….Se los dejo de tarea.


