Columnas

POR LA LIBRE

Va de nuevo

Por Edelmira Cerecedo García

Ni entre partidos o aspirantes políticos existe tantas ganas de chingarse unos con otros cómo en el bajo mundo del periodismo, los 4 de enero se celebra una de las profesiones más baratas, más mal pagadas, más meretriz que el mismo derecho y más misógina que pueda existir.

El día del periodista, a los doctores tras morirse por ayudar a vivir se les dice héroes, a los maestros por tratar de seguir enseñando desde casa se les reconoce, a los que tuvieron que dejar de entrenar para las olimpiadas, se les reconoce a los científicos y hasta las putas si leyó bien se les hace un reportaje por ver qué tan difícil es su trabajo , pero a los periodistas esos valen un billete de 20 pesos, una mentada de madre, un slogan de vendidos y un vulgar grito de una mujer diciendo que lo que hacen es amarillismo, y ahora una ráfaga de publicaciones intimidado nos y exponiéndonos.

Los periodistas no son nota, ni los que mataron por calmarlos o los que murieron con la esperanza de ser ayudados, esa noticia nadie la cuenta, a nadie le importa, en el mundo del periodismo primero están mis dientes y luego mis parientes, gana el que chinga al otro, por eso este día nadie lo reconoce, ni la sociedad lo aplaude, porque ni entre periodistas se quieren, sino todo lo contrario.

Aquí en esté día, se buscan las ofertas para darles de regalo, parece un 10 de mayo rifándoles licuadoras, jamás se les ha dado un reconocimiento…algunos influyentes en la administración no lo permitiría, porque el único periodista bueno es en este momento el de un grupo y en su MAYORÍA DE HOMBRES.

Las mujeres periodistas somos el cadillo entre las sentaderas de los hombres, no soportan ver una mujer empoderarse periodísticamente y si comparan lo que ellos piden a ganar a las mujeres les dejan las sobras.

El periodismo es la peste para la sociedad, los que hacen daño, los que alteran cifras, los que buscan solo su conveniencia, ¿pero que creen? Les llego la oportunidad con las redes sociales y ahora resulta que todos traen algo de periodistas y emiten sus noticias y editan vídeos y hacen sus en vivos, genial, y ¿los periodistas?, son unos vendidos.

Pero la realidad no es más que el resultado de autochingarse entre los mismos periodistas, ellos no tienen quien los respalde, quien les ayude, quien meta las manos por ellos en alguna situación, muchos ni siquiera tienen un seguro médico y mucho menos una pensión para su retiró, por eso existen periodistas de edad muy avanzada en el oficio.

Es la peor profesión en que se puede uno meter, la prostitución es gozada en algún momento, aquí ni siquiera se goza los manotazos y hasta los acosos, se requieren agallas y bastante fuerza de voluntad para que desde políticos de alto rango que quieran destruirte puedas sobreponerte.

Ojalá no necesite nadie más estar muriendo para que alguien diga que eran buenos, que supieron hacer su chamba o para que solo así le den unos minutos de teléfono para una llamada…el periodismo es lo peor que existe, los periodistas somos cómo la burra, no éramos ariscos, pero nos hicieron.

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