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PRESENCIA

ANA LUISA GARCÍA G.

En 2022 se asoma un gobierno de coalición PAN-PRI

            < Los pactos no escritos que cambiaron la historia

            < Presentan a González Barba alianza regida por la ley

 

1.- Ahora que está en la mesa de discusión el tema de las alianzas entre partidos políticos, con voces favorables y voces en contra, es oportuno examinar varios puntos con la mirada puesta en el 2022 y 2024. Hay las coaliciones electorales institucionales y las informales tejidas en la sombra (a veces inconfesables), y no podemos pasar por alto la reforma constitucional de 2014 que da lugar a los gobiernos de coalición, misma que entró en vigor en 2018 y que sienta las bases de gobiernos plurales debidamente acreditados.

Este último punto es sumamente importante y podrá llevarse a cabo como un ensayo, en los gobiernos estatales que estarán en disputa el año próximo, y sobre todo en la elección presidencial de 2024 donde puede construirse una mega alianza de partidos contra Morena. La base para llegar a este acuerdo está en los resultados que se puedan dar en la <alianza legislativa>, PAN-PRI-PRD en el terreno de los hechos, es decir en el desempeño de la LXV Legislatura Federal que inicia el próximo 1º de septiembre.

Si los diputados federales del PAN-PRI-PRD toman acuerdos, y son capaces de sostener debates internos y construir una postura común, estarán avanzando en la construcción de un gobierno de la República de coalición constitucionalmente posible.

2.- Por otra parte, hay alianzas que se celebran al margen de pactos formales que enmarca la autoridad electoral y que están establecidos en el calendario electoral, efectivamente, ni antes, ni después. También sabemos que históricamente estas coaliciones son determinadas por las dirigencias nacionales de los partidos y desde estas centrales se dicta línea para aterrizarlas en cada estado.

Pero también en los últimos tiempos han tenido lugar acuerdos no escritos que no se han hecho públicos, pero que han sido ostensibles. Por ejemplo en los comicios del pasado 6 de junio sin que mediara alianza ninguna, muchos priistas y panistas decidieron por iniciativa propia apoyar al candidato de Morena, Eduardo Gattás en el caso de la capital de Tamaulipas.

Operadores del PAN también se desviaron para trabajar a favor de la corriente morenista, y eso nadie lo pudo impedir y quizá ni siquiera se percataron en el caso de Acción Nacional y Edgardo Melhem tampoco pudo impedir que sus correligionarios apoyaran al partido adversario (o quizá no tan adversario).

A las declaraciones de Melhem en el sentido de que “las alianzas no se construyen con boletines”, le podemos agregar que hay algunas que escapan del control de cualquier partido. Acción nacional con el poder del Estado no pudo detener  a un reducto de operadores, menos lo puede hacer el PRI que está en la banca y que no tiene con qué retener a su militancia.

Hay que ser realistas, muchos lo que buscan es “la chuleta”, el sustento para su familia y por temor a perderlo, saltaron del bando azul al guinda en los estertores del actual sexenio ante los pronósticos de triunfo de Morena. No se trata de los funcionarios de alto nivel, es la burocracia operativa, actuaron bajo el temor de que se repitiera la historia de 2016 cuando muchos del viejo sistema fueron despedidos para dar entrada a los elementos del nuevo gobierno.

En cuanto a los del Tricolor que ya tienen más de cinco años fuera de una nómina, están abiertos  a buscar otros caminos, y algunos lo hicieron con Gattás, con la posibilidad de tener una “chamba”, ya lo veremos en octubre cuando se haga público el nuevo equipo.

3.- Las declaraciones del martes por la tarde de Luis René Cantú Galván, Presidente del Comité Directivo Estatal, fue el banderazo con el que se inicia una estrategia cuyo propósito es sumar, ya sea dentro de los protocolos oficiales o en procedimientos informales, la cuestión es derrotar al que se percibe como el adversario común al que ambos partidos PRI y PAN se proponen vencer. Se supone, salvo que Melhem tenga otra ruta a seguir.

Hay quienes sostienen que una fotografía dice más que mil palabras y en las últimas horas, dos fotos han circulado intensamente en redes, una es la del Presidente del PAN estatal, Luis René Cantú Galván con el C.P. Roberto González Barba. La gráfica tomada en el despacho del priista nos deja entrever que hay un buen ánimo para construir acuerdos, y textualmente el dirigente azul declara: “La Alianza propone un gobierno regido por la ley, cercano a su gente, democrático e innovador, que apuesta por el crecimiento, la modernización y las energías limpias, sin distinción de colores partidistas”.

En la segunda foto aparecen ocho ex alcaldes del PRI y PAN, todos de Victoria, además de la actual Presidenta Municipal, Pilar Gómez, reunidos con el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, con un propósito difundido oficialmente y que se refiere a la integración de propuestas para la mejora urbana de Cd. Victoria.

Sin embargo déjeme decirle que todos los exalcaldes de cualquier estado del país, y esto incluye a los tamaulipecos, tienen un peso en el ánimo de quienes en su momento se vieron beneficiados por una administración, hay favores que nunca se olvida y si se olvidan hay que recordárselos.

En esa consideración están los que fueron funcionarios, o proveedores, constructores de esa época, otros a los que se apoyó con la apertura de negocios, fraccionamientos, etc. Ese es el peso de cada exalcalde y sumarlos a una causa política tiene que redituar beneficios electorales.

Esta es una parte del escenario político de Tamaulipas, en la otra ala está la operación de los morenistas de la que nos ocuparemos en la próxima colaboración.

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