PUNTOCIEGO
La mentira y la verdad del presidente
Por Daniel Santos Flores
Un día la Mentira y la Verdad se encontraron en un río. Entonces, la Mentira le dijo a la Verdad:
– Buenos días, doña Verdad.
Y la Verdad, que no se fiaba mucho de esta, comprobó si realmente era un buen día. Miró al cielo azul sin nubes, escuchó cantar a los pájaros y llegó a la conclusión de que, efectivamente, era un buen día.
– Buenos días, doña Mentira.
– Hace mucho calor hoy, dijo la Mentira.
Y la verdad vio que tal y como decía la Mentira, era un día caluroso.
La Mentira entonces invitó a la Verdad a bañarse en el río. Se quitó la ropa, se metió al agua y dijo:
– Venga doña Verdad, que el agua está muy buena.
Por aquel momento la Verdad confiaba en la Mentira, así que se quitó la ropa y se metió al río. Pero entonces, la Mentira salió del agua y se vistió con la ropa de la Verdad mientras que la Verdad se negó a vestirse con la ropa de la Mentira, prefiriendo salir desnuda y caminar así por la calle. La gente no decía nada al ver a la Mentira vestida con la ropa de la verdad, pero se horrorizaba al paso de la Verdad desnuda.
Esta fábula, que pertenece a la cultura popular, ilustra perfectamente la situación que el presidente Andrés Manuel López Obrador nos muestra a diario con la agenda conjunta que lleva a cabo con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. Permítame explicarlo mejor:
El presidente dijo, desde hace tiempo en sus tradicionales mañaneras, que una vez terminado su mandato se retiraría a “La Chingada”, su rancho en Palenque, Chiapas.
“Me voy a ir a Palenque, allá voy a estar, al término de mi mandato. No voy a participar en política, ni siquiera voy a opinar sobre asuntos públicos. Me retiro por completo. Me jubilo. Me voy a Palenque, a ‘La Chingada’…”.
A la par de estas declaraciones, el proceso electoral estaba por culminar con el triunfo de la Dra. Claudia Sheinbaum. Una vez obtenido el triunfo, la doctora Sheinbaum se sumó a las giras del presidente. Su participación fue gradual, primero como una testigo discreta de las acciones del gobierno, hasta hacer una agenda conjunta donde su participación es obligatoria. Tanto protagonismo tiene el presidente como lo tiene la presidenta electa.
El pasado 25 de septiembre, el presidente AMLO declaró: “Me enteré de que me van a esperar en Palenque, pues, ¿saben qué? No voy a llegar a Palenque, no me voy a ir a Palenque, me voy a aclimatar unos días aquí y ya de aquí me voy, para que no estén esperando y digan que no llegó; me voy a aclimatar aquí unos días”.
El presidente fue ambiguo al responder cuándo se retirará, como había anunciado: “2 días después, 3 días después, una semana después…”.
Es evidente que el presidente espera que la Dra. Claudia le devuelva el protagonismo. La cortesía de sumarla a sus giras, compartiendo el foco mediático que posee, solo puedo entenderla precisamente con la idea de que la presidenta lo siga acompañando, que ahora sea ella quien le comparta el foco. Ese “aclimatarse” no es otra cosa más que entender que el séptimo año es el más difícil. El presidente necesita digerir lentamente que ya no estará, y la presidenta está obligada a tener esa cortesía con él.
Al fin y al cabo, es tanto el calor y la luz que irradia que sería imposible que se apague de un día para otro. El presidente es el líder moral, el guía, el gurú. Obrador es el máximo representante del obradorismo. El presidente no se va a ir. De eso ténganlo por seguro.
La gente no dirá nada al ver la mentira disfrazada con la ropa de la verdad, así como cuando el presidente dijo que no se iba. Pero se horrorizarían si les hablara con la verdad desnuda, ósea, diciéndoles que se va a quedar.
Reenviado
“El expresidente José Mujica, después de ocupar la Presidencia entre el 2010 y el 2015, fue elegido senador en 2019. Renunció a este último cargo el 20 de octubre de 2020, retirándose de la actividad política para dedicarse a la militancia popular. En la actualidad es el líder del Movimiento de Participación Popular, sector mayoritario del partido de izquierda Frente Amplio…”