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La campaña perversa del PAN

 

Por Dora de la Cruz

A qué tienen tanto miedo la llegada de las y los nuevos integrantes del Supremo Tribunal de Justicia del estado, los ex funcionarios cabecistas que mantienen denuncias penales, extrañamente “sin resolver”, a tal grado que están pretendiendo manipular al Tribunal Electoral de Tamaulipas, con la intención (de nuevo) de alterar la expresión del voto ciudadano en la elección judicial.
Hablando con la verdad, habrá quienes no necesiten de manipulaciones; han dado muestras de pertenecer a ese grupo político-delictivo que se ha condenado, por la voluntad popular, a perder sus espacios en el poder judicial.

Tania Contreras, Magistrada electa del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas, tuvo que salir ante la opinión pública para ponerle nombre a la campaña perversa, orquestada desde el Partido Acción Nacional, que ahora le pretende impugnar para ponerle en la boca, a las y los magistrados electorales de Tamaulipas, “mala reputación”, pretendiendo arrebatar como siempre lo que no ganan con el voto ciudadano, sin embargo hoy se enfrenta a una nueva realidad: ya no cuentan con la mayoría de cómplices que antes le facilitaban alterar la voluntad popular.

La desesperación del grupo panista tamaulipeco, ha llegado a tal grado que en su intento por revertir el triunfo de la inminente Presidenta del Tribunal de Justicia del estado, está usando a ciertos medios de comunicación como instrumentos para ejercer violencia política, disfrazándola de libertad de expresión.

Difundieron noticias falsas, sin sustento ni verificación y, lo más grave, pretenden que estas mentiras sirvan como pruebas ante los tribunales electorales. Pero el colmo, y lo verdaderamente preocupante para la democracia, es que algunas y algunos integrantes de los órganos electorales estén dispuestos a darles validez.

La ciudadanía votó, decidió y eligió. Lo que hoy estamos viendo no es defensa jurídica, es una campaña de desinformación con fines políticos y lo que sí queda claro que la violencia política por razón de Género, es una deuda histórica que no se resuelve, porque el machismo aún impera en los juzgados e instituciones, responsables de resolver.

El caso de la magistrada electa, es histórico; atreverse a denunciar la violencia por razón de genero, es un acto de rebelión entre el silencio de todas las políticas que lo padecen, pero que prefieren callar; ella sentará otro precedente, pero no solo eso; también es el primer paso para desmontar la impunidad, pero además está encabezando un movimiento tipo #MeToo en su entorno, donde otras también podrán atreverse a hablar.

Aparte, la magistrada electa no está sola, no porque estén atrás colectivos de mujeres feministas, que ella misma ha impulsado a lo largo de su carrera, sino porque la justicia y la legalidad están de su lado. Y cuando una mujer alza la voz con la verdad de su parte, ni el ruido, ni la desinformación, ni la violencia disfrazada de opinión pueden silenciarla.

Y es importante decirlo, porque lo que no se publica no existe: a las mujeres les cuesta mucho más llegar a espacios de decisión, no por falta de capacidad, sino por el simple hecho de ser mujeres. Cada avance implica romper prejuicios, resistir ataques y desafiar estructuras que nos quieren fuera del poder.

Defender su nombramiento es una exigencia de justicia histórica. Porque cuando una mujer llega a donde nunca antes la dejaron estar, abre camino para todas las que vienen detrás.

 

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