Divulga la UAT investigación del historiador Olvera Charles sobre la historia del noreste novohispano
Sin embargo, cabe señalar que este trabajo logra acercarnos a una apreciación más humana y racional de los indígenas que habitaban el territorio a la llegada de José de Escandón y permite comprender de manera muy puntual la crueldad real y excesiva de los españoles en su lucha por apoderarse del territorio, ocuparlo y explotar sus recursos naturales frente a sus habitantes que ni eran pasivos ni salvajes.
El historiador Olvera Charles presenta algunas características de la dinámica territorial antes de la llegada de Escandón, como la venta libre de indios, sometidos por algunos habitantes del Nuevo Reino de León que hacían excursiones a este territorio con la finalidad de conseguir mano de obra, y la paulatina adaptación de algunos grupos indígenas que se aficionaron al uso de mercancías españolas que obtenían a través de asaltos o intercambio comercial.
También explica cómo, a la llegada de Escandón, la estrategia para el sometimiento fue la nulificación de las misiones, la extinción de líderes indígenas y la reducción de indios en las villas con la finalidad de ocupar el territorio.
El autor menciona que “las condiciones de espacio de frontera de Nuevo Santander permitieron a Escandón operar con absoluta libertad, pues lo alejado del centro del virreinato generó una relajación del control virreinal de los métodos reductivos aplicados a los nativos”, lo que hizo que actuara muchas veces con impunidad y crueldad con el objetivo de pacificar el territorio que pretendía ocupar generando “una disputa violenta, física y simbólica por el poder entre los españoles y nativos, siendo el reflejo de los intentos por establecer un dominio entre las culturas opuestas”.
Aún reducidos en las misiones —apunta el autor—, a estos indígenas se les permitía salir a cazar o recolectar en ciertas épocas del año, como una forma de suavizar las nuevas formas de vida impuestas por los españoles; ya que eran muy letales en el uso del arco y la flecha, se les prohibió su uso así como el adiestramiento a sus hijos; se imponía el matrimonio y el bautismo para evitar sus prácticas polígamas
muy arraigadas entre los naturales; siendo el mitote (una forma de fiesta o celebración de felicidad o de tristeza) prohibido por los misioneros por considerarlo una representación de glotonería y ociosidad.
Las formas de resistencia indígena y los alzamientos que el autor rescata en el libro permiten comprender la dinámica de defensa que los diversos grupos implementaron para enfrentar la ocupación española, surgiendo líderes indígenas como Pachón, perteneciente a los janambres, Barberena de los pisones, Cayetano Marías,
Pachuelo, Manuel Viejo, Pedro Chivato, Pantaleón y Guadalajara. Estos son solo algunos nombres de aguerridos indígenas que defendieron su territorio, sus formas de vida y sus familias frente a la despiadada ocupación escandoniana. La mayoría de ellos murieron cruelmente a manos de los capitanes españoles, apresados y llevados a la Ciudad de México o a San Juan de Ulúa, o desterrados a la isla de Cuba por insumisos.