EN VISTO

La disputa real en la Fiscalía: la paridad
Dora de la Cruz
María del Refugio Cruz Martínez, fue la primera Procuradora de Justicia del Gobierno de Tamaulipas, durante el quinto año del Gobierno de Américo Villarreal Guerra; hizo historia por ser la primera mujer en este mundo masculinizado, como son las fiscalías.
Cuquita, como le decían, durante su cargo en la entonces Procuraduría, hoy Fiscalía, destacó por renovar las comandancias ministeriales, en todo el estado, como parte de la renovación; una mujer de abogacía, de compromiso en el servicio público y que en una entrevista, dijo que lo primero que puso sobre la mesa, antes de aceptar el cargo, fue que no aceptaría recomendaciones de nadie para hacer los cambios necesarios, y los hizo.
La segunda procuradora, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, “Paloma”, como se le conoce, estuvo solo un año en el puesto durante el gobierno de Eugenio Hernández, tres años después de que Tamaulipas viviera los años más críticos en materia de inseguridad y llegó en su relevo Aníbal Pérez Vargas.
La presencia de las mujeres en la toma de decisiones dentro de la Fiscalía sigue siendo mínima. A lo largo de la historia, sólo dos han ocupado la titularidad y en la estructura actual, su participación se concentra en áreas administrativas y de ventanilla. El dato muestra un evidente rezago en políticas de paridad, que aún les niega el espacio, donde realmente se deciden temas tan importantes como es la procuración de justicia.
Los espacios del ámbito legal, en general, siguen etiquetados a lo masculino, a pesar de que existe una norma de paridad transversal, que es un principio que obliga al Estado a garantizar que las mujeres participen en igualdad de condiciones, en todos los espacios de poder y la Fiscalía no debe ser la excepción.
Si la regla de paridad transversal realmente se aplicara, la historia reciente de la Fiscalía, en los últimos tres sexenios los titulares han sido hombres, y uno de ellos, el actual, Irving Barrios, ha permanecido nueve años en el cargo. Bajo una obligación institucional de equilibrio, correspondería que una mujer asumiera la titularidad, siempre cumpliendo con los requisitos y el proceso establecido para participar.
Las mujeres juristas ya levantaron la mano. En esta ocasión, entre las 16 personas inscritas para competir por la titularidad de la Fiscalía, se perfila que al Ejecutivo llegue una terna compuesta por tres hombres y tres mujeres. De ahí saldrá la terna definitiva que el Pleno del Congreso habrá de votar para decidir quién ocupará el cargo.
Aunque se da por hecho de que quien llegue a la Fiscalía será un hombre, aún falta todo el proceso, la revisión de perfiles, la valoración técnica y la depuración que dejará sólo a las tres personas mejor calificadas para el cargo. Por eso conviene esperar; ya se sabe, que del plato a la boca, se cae la sopa.


