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MeToo

Dora de la Cruz

El acoso sexual, en centros laborales, es de los delitos con mayor incidencia e impunidad que se practican.

El 99 por ciento las víctimas, son mujeres y es ejercida principalmente por un jefe alterno; este asunto que requiere de acciones inmediatas se ha normalizado en oficinas gubernamentales y la iniciativa privada, por la falta de voluntad para activar los protocolos de prevención, erradicación y sanción a la violencia de género.

Y es que, la complicidad entre los masculinos abona a que estos casos tengan la coincidencia en su generalidad, la impunidad.

En Tamaulipas, no había antecedentes de actuar contra servidores públicos que incurrían en acoso sexual en contra de trabajadoras; se decía en voz baja, que tal o cual funcionario, ejercía este tipo de violencia contra empleadas y además las amenazaban, con correrlas si denunciaba o comentaban.

Tras el escándalo en las redes sociales protagonizado por el Secretario administrativo de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, por acoso sexual, se actuó por primera vez en forma inmediata, al separalo del cargo, pero además, se abrirá una carpeta, como corresponde a este tipo de casos.

El Gobernador Américo Villarreal Anaya, respaldó las medidas tomadas por el rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas Damaso Anaya y llamó a proteger y respetar a las mujeres en todos los ámbitos.

Lo cierto es que no es el único caso; hay todo un historial de impunidad de ex funcionarios de la máxima casa de estudios, que  aprovechándose de su jerarquía, ejercieron acoso sexual, infidelidades, que también fueron virales en las redes sociales, durante el sexenio pasado, pero esa vez, se hicieron de la vista gorda y continúan en total impunidad.

Este tema, como otros, se politizó por la oposición (Partido Acción Nacional), que fueron quienes gobernaron la UAT, y algunos de ellos se vieron envueltos en escándalos de acoso sexual, abandonaron a sus esposa en condiciones de salud grave, consiguieron nueva esposa, cometiendo infidelidades, aprovechándose que estaban en puestos importantes para sacar este tipo de beneficios ilegales.

Ayer, durante la sesión del congreso, la bancada panista, protestó en el pleno legislativo, para pedir que se presentara denuncia ante la fiscalía, contra el ex funcionario de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, pero además solicitaron que sea definitivo el cese, exigiendo la aplicación de la justicia, que siempre debe imponerse, pero en el caso de los del PAN, nunca lo procuran, cuando ellos son los protagonistas de tales violaciones.

Nadie debe ser blindado por estos abusos de poder, para cometer acoso sexual, aprovechando su alto cargo para someter a una mujer a su antojo, como lo hicieron durante el anterior sexenio, en el que se protegio y hasta cómplices fueron.

Así es que bajo este contexto, el congreso del estado, debe hacer un llamado para pedir investigación no solo de Polo Bello, sino de todos los ex funcionarios de la UAT, y otras dependencias, que incurrieron en abusos sexuales, e incluso utilizando recursos de la máxima casa de estudios, hicieron la casa chica, incurriendo en actos de corrupción y de delitos de violencia contra la mujer.

El Metoo universitario, debe ser para todos; aunque ya no estén en funciones, también deben ser llamados; no más impunidad.

Faltan plazas y tendederos para exhibirlos.

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